solo quedan los recuerdos.

Salió el sol como cualquier otro día, entre las montañas iluminando los techos de la casa y el amarillo de las casas de la urbanización parecían un espejo del sol. Pero ese día algo faltaba. Algo muy pequeño pero importante y ese día su falta se notaria al hacer algo tan cotidiano como colocarle la comida. Junto a su plato de comida y agua estaba un espacio vacío donde antes estaban 2 morrocoy, lo triste no era solo que las habían robado sino que una de ella era de mi padre. El cual falleció recientemente. Aun recuerdo el día que llego mi padre con la morrocoy y fue muy divertido. El día anterior por error dejo la puerta abierta y al no encontrarla pensó que se había escapado. No le dijo nada a mi madre para no hacerla molestar. Al día siguiente al regresar de trabajar se encontró un morrocoy en la esquina de la calle. La agarro y la llevo a casa. Muy sonriente llego diciendo la encontré. La dejo en la sala como era costumbre. Paso la noche y al amanecer cual fue la sorpresa había 2 morrocoy, no quedo más remedio que contarle a mi madre. Luego se tomo la decisión de sacarlas al patio en un corral, bueno de hecho solo era un cuarto sin terminar con las paredes con solo 4 hileras de bloques pegados. Se le tapo la puerta y se le puso techo era perfecto para las morrocoy. Paso algo de tiempo mi padre enferma y fallece, luego en unas semanas fallece mi abuela. Supongo que para estar con su hijo. Al cumplir un mes de fallecido y luego de unos días desaparecen las morrocoy, ahora no solo ver el cuarto vacio. La foto de ambos junto a corazón nos regala sus recuerdos. una vela, sino también ver un corral vacio donde estaba un recuerdo de mi padre. La muerte nos quita a nuestros seres queridos pero el corazón nos regala sus recuerdos.